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domingo, 17 de junio de 2012

LAS ARMAS DE UNA DAMA


Inicio esta nueva entrada para enseñarles un encargo venido de más allá de los Pirineos.
No dudo que a muchos les parecerá excesivo y un tanto alejado de lo que debe ser la heráldica. En cierto modo, a mí también me lo parece; pero lo que no se puede negar es la plasticidad del conjunto.
Como elementos a destacar, hablaría del yelmo, que si bien no se debiera usar en las armas de una dama, la propietaria de las mismas expresó su deseo de que timbrara el escudo y que éste fuese de color blanco.
Otra curiosidad son los dos armiños que sujetan la cartela con el nombre de la señora, que hacen clara referencia a los armiños (esta vez heráldicos) que aparecen en el escudo.
Esperando que como siempre sea de su total agrado, me despido hasta una próxima entrada.


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